lunes, 29 de marzo de 2010

Manuel Cuesta, el viajero. (1ª PARTE)


Ásí tituló mi querido Pérez Azaústre a la columna que publicó el pasado Jueves en El día de Córdoba, animando a los cordobeses para que se pasasen esa noche por La Espiga. Puedes leerla aquí si te apetece...
http://www.fotolog.com/manuelcuesta
Córdoba es una ciudad maravillosa y me pararía a tomar café o a leer la prensa, a tomar un salmorejo, una caña en todas y cada una de las tavernas o cafeterías que alberga la ciudad. Cada uno de esos sitios tiene su encanto. Como sabéis esta semana ha estado cargada de conciertos. Tres en la misma semana. El pasado martes actué en el Barcelona 8 y el jueves 25 hacía lo propio en La Espiga, uno de los lugares que se han convertido en templo de la música de Autor en Andalucía. Un lugar pequeño pero con mucho encanto. Puedes estar hasta las 3 de la mañana hablando de música y a las 11 de la mañana tomándote un café con tostadas en el mismo lugar.

Quiero agradecerle a Rafi, la chica que regente el local, el trato excelente que tuve. Jose, Ricardo, Marina, Rakel... Todos se portaron muy muy conmigo.

RAFI, REINA DE LA ESPIGA.

Disfruté mucho de la actuación, de todo el concierto, aunque se dieron un par de situaciones un tanto disparatadas, como el de un tipo que llegó borracho y se acercó en un intento de arrebatarme la guitarra para cantar él o el ruído que se creó en la Sala por un grupo de chavales que no paraban de hablar mientras que el resto permanecía en absoluto silencio disfrutando de la actuación. Hay cosas que aún no sigo comprendiendo, esa falta de respeto que muestran algunas personas ante aquellos que como yo venimos desde muy lejos para cantar y ganar algo de dinerito si es posible. Pero que sobre todo lo hacemos por mero placer y disfrute de esta vida de músico.

Pero después hubo muy buenos alicientes: conocí a unos cuantos amigos periodistas de Sevilla, Sonia y Paco, Chari, una chica que estuvo el año pasado en el mismo sitio repitió experiencia, Rafael Tamajón también repitió con más entusiasmo incluso si cabe... Así que todo lo que he comentado de la gente que no lo valora se compensa con la que disfruta con todo el recital de principio a fin.


Muchos recuerdos me vinieron esa noche de la noche de finales de enero de 2009. Muchos recuerdos que se repitieron en mi cabeza. Mucha gente que no estuvo y que faltó...

Entre los asistentes estaba mi amigo "Javi Nervio" que nos deleitó con una canción que compuso Rodolfo Serrano y que el músico compartió en una grabación, por ahora inédita, con Ismael Serrano. Gran persona Javi Nervio, en breve, organizaremos algo juntos para traerlo a Madrid y que conozcáis más su música. En sus acordes y en su garganta se respiraban esos poemas urbanos que ayudan a que uno se sienta menos solo en la ciudad en la que habita.


JAVI NERVIO EN UN MOMENTO DE SU ACTUACIÓN EN LA ESPIGA EL PASADO JUEVES 25 DE MARZO
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Javi Nervio me regaló uno de sus discos que aún no he tenido la ocasión de disfrutar.

Otra de las sorpresas de la noche fue encontrarme con la presencia de la mismísima Rakel Winchester. Si no la conoces debes investigar y profundizar én su música: www.myspace.com/rakelwinchester
Raquel reside en Córdoba, ella es de allí, y yo hasta entonces no tenía ni idea, ni tampoco sabía que trabajaba en La Espiga. Hablamos de la música, de los conciertos y de los avatares de esta vida de ir de aquí para allí presentando nuestros discos, que por cierto, intercambiamos. Ya me llevaba dos, el de Javi y el de Rakel.

CON RAKEL WINCHESTER.

En el viaje a Córdoba conocí El Correo, ese bar chiquito que hay junto a Las Tendillas, tienes que ir. Hay que ir como sitio obligado. Al igual que al "Abuelo" a probar la asadura, o el lomo al abuelo... El Salmorejo me dejó claro Joaquín que hay que comerlo en Bodegas Guzmán y tomarse un par de medios. En Gongora, la escritora Matilde Cabello y Paco, me enseñaron el verdadero significado de la palabra CÁDIZ, que lo guardo para mí. Me llevé a casa "Wallada, La última luna". Uno de los mejores libros de Matilde. Y en Góngora probé el estupendo flamenquín, las berenjenas y los pinchos de cordero... Majestuoso.

Volví a Madrid con ganas de quedarme en Córdoba un mes pero me esperaba otro viaje para cantar. Esta vez a Bilbao y acompañado de una pareja de amigos que me han custodiado maravillosamente en este viaje, Salva y Elvira. Os contaré esta segunda parte de mi viaje cuando tenga las fotos. Os dejo esta del interior del Museo Guggenheim de Bilbao.

Un abrazo enorme.

1 comentario:

RAFA TAMAJÓN dijo...

Hola Manuel. He estado leyendo la cronica de tu paso por Córdoba y concierto en la taberna La Espiga. Me alegro que disfrutaras de esta experiencia, a pesar de fugacidad. Fue una pena que sólo me pudiera quedar un ratito tras el concierto, me hubiera encantado poder hablar contigo de muchas cosas, espero que algún día tenga la ocasión. En lo referente a las anecdotas que comentas del concierto, el tipo borracho que se te acercó para cogerte la guitarra (que por cierto se me sentó justo a mi lado), para tu información, esa fue la primera y única vez que yo lo he visto pisar ese local, y eso que yo conozco La Espiga desde hace más de 10 años... Eso sí, me lo he encontrado en otros locales de la ciudad. Por cierto, al día siguiente lo ví cuando me dirigía al trabajo por la mañana, caminando sin rumbo con una litrona en la mano...en fin, la vida...Lo de los grupillos de gente durante los conciertos no ocurre todos los días de concierto, pero si que de vez en cuando hay que gente irrespetuosa que no valora ni al artista ni respeta a los que prestamos atención. Ojalá con el tiempo esto deje de ocurrir...Gracias por la dedicatoria de la canción "Chelsea Hotel", me encanta. Un abrazo y "mucha mierda" con el videoclip.